"El viaje más infinito que te puedo prometer llega sólo hasta el domingo más triste de cada mes..."

sábado, 18 de febrero de 2012

Las dos palabras

Esa es mi primera palabra, mi primera confesión. No quiero morir en el estado en que me encuentro, en un estado de fealdad. Quiero que me salven. ¿Cómo puedo salvarme? Haciendo lo que no quiero hacer. Ese es el primer paso: que tengo conocimiento. Tengo que querer, en primer lugar, a quien no se pueda querer. No al brillante Bheki, sino a este. Está aquí por una razón. Es parte de mi salvación. Tengo que amarlo. Pero no lo amo. Ni tampoco puedo amarlo bastante para amarlo pese a mí misma.
Y si todavía estoy perdida en esta niebla es porque no tengo bastantes ganas para querer ser otra cosa que lo que soy.
No puedo encontrar el deseo de amarlo, de querer amarlo, de querer querer amarlo.
Me estoy muriendo porque en el fondo no quiero vivir. Me estoy muriendo porque me quiero morir.
Por tanto, déjame que te trasmita mi segunda palabra, vacilante. Si no quiero quererlo a él, ¿cómo puedo decir que mi amor por ti es sincero? Porque el amor no es como el hambre. El amor nunca queda saciado ni calmado. Cuando uno ama, sigue amando. Cuanto más te amo a ti, más tendría que amarlo a él. Cuanto menos lo amo a él, menos, quizá, te amo a ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario