"El viaje más infinito que te puedo prometer llega sólo hasta el domingo más triste de cada mes..."

lunes, 19 de septiembre de 2011

The bluest eyes in Texas

Esta canción pertenece a la BSO de una pelicula que vi no hace mucho y que de verdad me hizo plantearme la incomprensión e intolerancia que existe en el mundo. La pelicula se llama Boy's don't cry. Por ella Hilary Swank ganó su primer Oscar, más que merecido, y por ella USA tomó conciencia sobre la homofobia que existía, y que aún existe, en la llamada América profunda. Es una pelicula que recomiendo ver, no ya por cultura, sino por higiene emocional y mental y conocimiento de las barbaridades que se hacen en el mundo solo por ser diferente.

La canción me parece preciosa.


The lonesome Texas sun was setting low
And in the rearview mirror I watched it go
I can still see the wind in her golden hair
I close my eyes for a moment, I'm still there

The bluest eyes in Texas
Are haunting me tonight
Like the stars that fill
The midnight sky
Her memory fills my mind
(Where did I go wrong)
Did I wait too long
Or can I make it right
The bluest eyes in Texas (the bluest eyes)
Are haunting me tonight

Another town, another hotel room
Another dream that ended way too soon
Left me lonely way before the dawn
Searching for the strength to carry on

The bluest eyes in Texas
Are haunting me tonight
Like the stars that fill
The midnight sky
Her memory fills my mind
(Where did I go wrong)
Did I wait too long
Or can I make it right
The bluest eyes in Texas (the bluest eyes)
Are haunting me tonight, tonight

For every heart you break
You pay the price
But I can't forget the tears
In her blue eyes

The bluest eyes in Texas
Are haunting me tonight
Like the stars that fill
The midnight sky
Her memory fills my mind
(Where did I go wrong)
Did I wait too long
Or can I make it right
The bluest eyes in Texas (the bluest eyes)
Are haunting me tonight, tonight

The bluest eyes in Texas
Are haunting me tonight
The bluest eyes, the bluest eyes
Are haunting me
The bluest eyes tonight

sábado, 17 de septiembre de 2011

La recordaba

"Y aún hoy recordaba el olor de su piel y de su pelo. Recordaba las horas de espera en el aeropuerto y las horas de sufrimiento al no verla salir por ninguna puerta. Recordaba su cuerpo, su peso, sus formas en la oscuridad y su forma de moverse en la cama cuando hacían el amor. Recordaba el sabor de su sudor en su hombro, el tacto que tenían su cuello y su oreja al tocarlos con la punta de la nariz, la vista al mirarla fijamente a los ojos, el sonido de las palabras Te quiero al salir de su boca. Recordaba demasiadas cosas. Las noches de desenfreno que empezaban con risas y amor, cambiaban con lágrimas y arrepentimientos y acababan creando más confusión y desesperanza en sus corazones. Las horas debajo de una farola que decía su nombre en una calle de Madrid. Los veranos de descubrimiento y nuevas sensaciones que darían paso a otoños de dolor y desconocimiento. Recordaba su acento y su forma de hablar castellano atropelladamente, como queriendo demostrar que sabía hablarlo. Recordaba sus gestos y tics, así como sus frases estándar y sus frases hechas. Recordaba casi todas las promesas incumplidas y las conversaciones a medio terminar. La última vez que la vio en persona, y las noticias que trajo ese día. Recordaba sus sueños y sus aspiraciones, y como él entraba en todos ellos. Los utópicos planes de huida que trazaron con el techo como papel y sus dedos como pinceles. Los deseos incumplidos que una moneda estafó. Los poemas de dolor que ella inspiró, pero con más fuerza los de amor que le escribió. Recordaba sus dedos tocando el piano, y su voz cantando en él. La recordaba a ella siendo ella, no intentando ser quien no podía ser.

Pero si había algo que él nunca olvidaría, sería lo que ella dijo en el otoño anterior a que todo ocurriera: Si solo te hubiera conocido antes... Todo sería más fácil y menos doloroso, seriamos tú y yo, y nadie más. Daría lo que fuera por poder cambiar el pasado y haberte conocido un par de años antes, porque entonces podría haberme dado a ti como en este momento deseo hacerlo.

Aún se acordaba mucho de ella, y, a veces, pensaba que ella también se acordaría de él."

De regalo, una joya con mucha historia:


Las farolas dicen tu nombre,
se oyen gritos en las calles de Madrid.
Hay voces desgarradas por un secreto
que sólo te conocen a ti.
Y dejan recuerdos flotando en cada esquina,
sin encontrar consuelo en la cantina
que sigue llamándote a ti.
Y su luz ilumina un pequeño hueco
en el que espera ver repetir
aquellos besos y caricias,
aquellas palabras y sonrisas;
aquel todo, pero sin ti.
Las farolas gritan tu nombre,
se escucha un piropo en cada esquina.
Y un Je t'aime y un I love you se perdía
en cada esquina de Madrid.
A la luz de alguna farola fue a morir
tu nombre, dicho por el recuerdo
de tu abrazo repetir.
Y tu voz se consumía,
esnifada por los sueños,
bajo las lunas que hay
en las calles de Madrid.

Lágrimas - sonrisas

Una persona más inteligente que yo me dijo una vez que en esta vida todos llegamos llorando, pero que la magia de la misma es intentar vivirla sin dejar de sonreír. Personalmente no veo muy desencaminado ese planteamiento, aunque me parece una utopía el conseguirlo. Porque, seamos sinceros, todos hemos pasado por esos días en que nada nos convence, o nada nos motiva, o, simplemente, no tenemos ganas de luchar por esa sonrisa que encanta a la vida, la que se supone que da sentido a nuestra existencia y nos hace disfrutar. Todos hemos pasado por rupturas y pérdidas, ya sean de mayor o menor medida, y esas pérdidas nos han cegado por un tiempo en nuestro camino y nos han apartado de la utópica felicidad que queremos perseguir. Claro que en esos momentos podemos intentar sonreír, pero lo correcto, según mi punto de vista, es dejar que las lágrimas limpien nuestro cuerpo, aunque nos desechen las sonrisas, y estabilizar la balanza de lágrimas-sonrisas que todos llevamos en nuestro corazón. En esos momentos no podemos pretender aparentar lo que no es, por mucho que lo hayamos prometido, porque si no limpiamos nuestra alma, nunca podremos aprender de la suciedad que no nos ha manchado.


Por supuesto que sonreír es importante, además de precioso. Cuántas veces he podido enamorarme de una sonrisa sincera... mas creo que me he enamorado más de una lágrima de esa misma persona. Una lágrima (de tristeza) simboliza impotencia, pero también deseo de cambio; simboliza sufrimiento, pero también preocupación por los demás; simboliza crecimiento y maduración emocional, y también simboliza cansancio y arrepentimiento. Pero si algo de verdad simboliza, para mí, una lágrima, es necesidad de otra persona y necesidad de aceptación.


Quizá una lágrima no esté tan bien vista como una sonrisa, pero en realidad qué podemos esperar, vivimos en una sociedad donde ocultamos el sufrimiento y nos ponemos caretas solo para que la gente no sepa de nuestras caras largas. Vivimos en un teatro donde todos somos payasos Augustos que portamos siempre sonrisas e instigamos bromas y gracias. Y creo que nunca nadie piensa que lo que de verdad da sentido a nuestras vidas no es la sonrisa, sino la lágrima; porque es la que nos hace caer, plantearnos cosas y querer luchar por levantarnos y seguir el camino sin volver a caer en el mismo sufrimiento. Cierto que la sonrisa da color a nuestra vida, pero la lágrima es la pintura que utilizamos para ello, es indispensable para valorar de verdad lo que conseguimos.


Y más de uno se preguntará: ¿A qué viene este rollo seudointelectual y profundo? Pues realmente no viene a nada en especial, tenía el antojo de contarlo.

viernes, 2 de septiembre de 2011

"Elegía a Ramón Sijé"

(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

Miguel Hernandez

jueves, 1 de septiembre de 2011

Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven

"Siempre he creído que las personas más importantes de nuestra vida todavía no las hemos conocido. Y como no existen, no nos preocupamos por si el coche las ha dejado tiradas, si se les ha muerto un ser querido, si están tristes o si les han abandonado.
No existen aún en nuestro mundo y, por ello, su tristeza y su felicidad no nos pertenecen y no nos afectan... Hasta el día que los conocemos y nos ponen al día de su mundo...
Ahora me daba cuenta de que pasaba lo mismo con la gente que perdemos y sabemos que no recuperaremos. Es como si debiéramos olvidar qué les pasa y les preocupa. Y eso yo no deseaba hacerlo; la gente lo hace para sobrevivir... Quizá yo no deseaba sobrevivir."