"El viaje más infinito que te puedo prometer llega sólo hasta el domingo más triste de cada mes..."

sábado, 31 de diciembre de 2011

Blue Valentine


Es increíble como un mismo actor puede hacer dos cosas tan opuestas como las que ha hecho Ryan Gosling. En El diario de Noa nos hizo creer a todos que el amor pasteloso y azucarado podía existir y sobrevivir al tiempo y la enfermedad, y nos lo creímos y amamos (yo el primero) tanto como pudimos. Y ahora, en Blue Valentine, nos convence de lo contrario, de que el amor verdadero no existe y que al final de todo, lo que nos quedará será un bonito recuerdo y mucho dolor en el cuerpo. He de decir que no soy la persona más indicada para hablar de esta película, y tampoco el momento, pues acabo de terminar de verla y tiene pinta de ser una película que hay que tragar y digerir para ver lo que nos deja dentro con el tiempo. Aún así, voy a hablar de ella, sin contar ningún spoiler que pueda destruirle el visionado a quien desee verla.

Lo primero que hay que contar de la película es que aquí, en España, aún no hemos tenido el privilegio de verla estrenada en el cine, a pesar de que la película es del 2010 y tuvo una nominación a los Oscar 2011, Mejor actriz protagonista, Michelle Williams (increíble en toda la película). Y aunque parezca esa la razón de que la haya visto sin doblar, he visto la película en VOS porque pensaba hacerlo de todas formas; así que, no ha habido drama (quizá lo único sin drama de la película). Sé que en EEUU se estreno varios días antes de lo previsto porque iba a coincidir en cartelera con Biutiful, el otro dramon de la temporada, y bien bueno también, y no querían matar a los espectadores con tanto pesimismo. Ahora, en España no sé qué paso.

La sinopsis de la cinta sería esta: Cindy y Dean son una pareja que, después de seis años juntos y un una hija en común, han perdido la fe amor y son infelices en su matrimonio. Para intentar arreglar esto, él propone pasar una noche en un hotel temático.

La película se mueve en dos líneas temporales bastante diferenciadas en el tono. La primera, y más evidente, es el presente, donde se ve lo contado en la sinopsis. La segunda es el cómo se conocieron y se enamoraron seis años antes. La primera es la más oscura y pesimista de las dos, mientras que la segunda es tierna y bonita, pero con cabeza, creíble (hasta cierto punto, claro) y consecuente con la historia.

Me ha gustado mucho cómo se van complementando las dos líneas poco a poco. Empiezan bien diferenciadas y con poco, o nada, en común más que lo personajes, y a lo largo de la cinta vas viendo como piezas del principio de la película encajan coherentemente con lo mostrado al ver una escena de 30 minutos después. Otro buen punto, ya visto y muy bien utilizado y explotado en 500 days of Summer, o 500 días juntos (como la tradujeron en España), es la diferencia de respuestas a unas mismas acciones. Utilizando 500 days of Summer para ejemplificar, las dos formas diferentes de responder a la misma broma de Tom por parte de Summer cuando la hace el día 13 de la relación y cuando la hace el día 300. Pues en esta película hay escenas parecidas, aunque menos evidentes, pero más crudamente mostradas. Podríamos resumir todo en que es una gran bola de nieve. Desde el primer minuto te muestran datos y dicen cosas que se van acumulando, chocando entre ellas y acaban explotando en los últimos minutos, unos minutos en los que ya no tenía ni idea de cómo podría terminar la película, porque cualquier cosa era ya posible, y cualquier cosa era ya coherente con todo.

Las interpretaciones de los actores son, cuanto menos, grandiosas. Como ya dije antes, Michelle Williams consiguió una nominación a los Oscar por esta película (parafraseandome, está increíble); pero Ryan Gosling no se queda muy atrás. Ella está contenida, distante, misteriosa, divertida y arrepentida, y cuando le toca explotar, explosiva, y aún con todo ese variopinto espectro, me la creo en cada escena que sale. Él está reservado, elocuente, gracioso, desesperado y enfadado, y cuando tiene que ser inmaduro, lo es, y ya ves si me lo creí. Ellos dos tienen que sostener todas las escenas de la cinta, y lo hacen con creces, consiguiendo eclipsar a los secundarios, que más que secundarios son terciarios; porque salen más bien poco.

Para acabar, la fotografía está muy conseguida, salvo unas escenas que son cámara en mano que, sinceramente, parecen grabadas más por un niño pequeño de lo que se mueve la cámara. Como dije antes, las escenas del presente tienen un ambiente más oscuro y deprimente, podríamos decir que hasta patético en algunas escenas; mientras que las escenas del pasado son luminosas y esperanzadoras.

En resumen, una buena película para ver solo o con compañía; aunque no una película para todo el mundo, no ya por ser una película que te deja tocado, sino porque trata un tema difícil y muy personal, el amor.

P.D. Solo decir que creo que esta película me ha llegado muy adentro porque me he visto en el patetismo de Dean en algunas escenas, porque las he vivido yo también. ¿Esto qué quiere decir? Pues que la película cuenta algo real, algo tan cercano que, si no te pasó a ti, conoces a alguien que sí le pasó.

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